El verano pasado, por esta época, comenzó un fenómeno migratorio inusual en la frontera sur de los Estados Unidos donde ciento de miles de niños llegaban a la frontera en busca de refugio por la violencia que ellos vivían en sus países y les hacía peligrar su vida. Se calcula que en el 2014 llegaron 50 mil niños en busca refugio lo cual provoco un gran congestionamiento en los centros de detención. Eso genero la alarma y las críticas en el gobierno ya que lo acusaban que por su flexibilidad en las leyes, muchos abusaron y querían ingresar al país y activistas criticaban que todos los que llegaban eran maltratados y estaban sufriendo traumas. Para bajar estos números se pusieron leyes más estrictas sobre la llegada de los niños y sobre todo se armo un plan en conjunto con todos los países involucrados para que más niños no sigan llegando.
Entre los planes para frenar esta crisis fue mencionar los peligros del viaje además que cada país recibiría inversión para generar trabajo en todas las zonas conflictivos y así no intenten viajar. Por parte de México se haría un control en la frontera sur para que los niños que se animen a viajar sean detenidos antes de llegar a Estados Unidos. Las medidas iniciaron hace aproximadamente 6 meses y los resultados ya están a la vista ya que se calcula ha disminuido un 50% la llegada de los niños y la detención de sin papeles bajaron un 33%. Aunque algunos congresistas solicitan números para poder invertir en estos países ya que pensaban que no existía el compromiso, parece con estas pruebas estarán satisfechos.
Se aspira los números sigan descendiendo pero quedo claro que con una estrategia conjunta es más sencillo hacer las cosas. Los niños seguirán llegando pero saben que esperar. Las leyes migratorias están detenidas junto con las acciones ejecutivas. Dependiendo quien gane la presidencia en 2016 no se sabe si estas leyes serán aprobadas o se harán nuevas leyes ya que todos coinciden que la ley debe ser reformada.